Materiales del proceso de creación y repercusiones de la ópera de cámara El fiord, basada en el relato homónimo de Osvaldo Lamborghini
La ópera de cámara El fiord fue encargada por el Centro Experimental del Teatro Colón, para estrenarse en el Festival Nueva Ópera, en agosto de 2016, en la sala 25 de Mayo, de la Ciudad de Buenos Aires, al compositor Diego Tedesco y el director escénico Silvio Lang. La ópera está basada en el texto homónimo del autor argentino Osvaldo Lamborghini (1940-1985). Para la escritura del libreto se convocó al dramaturgo Ignacio Bartolone, y para la dirección musical, a Juan Martin Miceli.
Se trata de la elección de un texto “sagrado” y de culto de la
vanguardia literaria argentina de la década de 1960, que ha sido recuperado
durante muchas generaciones como texto corrosivo y talismánico, produciendo
múltiples lecturas y una constelación de poéticas insurgentes al realismo hasta
la actualidad pero, sin embargo, ninguna “apropiación” escénica. Por lo cual,
la adaptación a ópera y su estreno, así como el singular abordaje escénico ha
causado entusiasmos y controversias en el público porteño, generando una
respuesta masiva inmediata, un cruce de generaciones, y una exaltación de la
crítica, en las tan sólo 4 funciones gratuitas y el ensayo general, que se
ofrecieron en el Festival.
Por otra parte, como El Fiord
refiere a las luchas internas del peronismo durante la proscripción histórica
de su líder popular, estas presentaciones públicas, luego de la derrota del peronismo en las últimas elecciones del 2015, han resultado para muchos, como dijo
María Moreno: “La experiencia de un
ritual de la resistencia”, en un teatro oficial. Si bien, los mitos del
peronismo fundan la trama de El Fiord,
lo cierto es que Lamborghini superpone la política revolucionaria y la libertad
sexual de los años sesenta, y esa alianza entre poder social
y subjetividad es lo que esta versión escénica potencia y expande en los contextos actuales de públicos.
El despliegue de ese lenguaje escénico de cruces ha estado cuidado por un
equipo de jóvenes artistas reconocidos por su singularidad. El personaje
protagónico es interpretado por uno de los barítonos más sofisticado de
Argentina, Victor Torres, reconocido internacionalmente; junto a otras voces
líricas y la intensidad de jóvenes actores del llamado “teatro
independiente” de Buenos Aires, atravesados por un lenguaje de movimiento
decididamente performático.
"Agite en épocas de enfriamiento", palabras de Diego Sztulwark.
El fiord: el agite en época de enfriamientos; cómo mover otra cosa en
épocas de ontología neoliberal, cuando en el campo del arte las estrategias de
resistencias se hacen cargo de problemas que la política y la teoría política
no saben, no quieren o no pueden desarrollar. El fiord es una obra bellísima.
Se concretó, en este trabajo de Silvio Lang, algo que es infernal: está la
literatura y la historia política argentinas, y está el sello de Silvio, que
viene creciendo y desarrollándose obra tras obra. Entre El fiord, de Lamborghini
y la versión operística de Silvio hay algo que se va tramando, que es esta
situación por la cual lo que pasa con los cuerpos y entre los cuerpos, esto que
suele llamarse deseo, desorganiza el lenguaje, desorganiza el texto; y lo
reorganiza y lanza algo completamente movilizador y cuestionante. Hacer eso con
El fiord, en este contexto político del país y de la Ciudad, trama un tipo de
politización que va ganando fuerza y se
va volviendo cada vez más convincente para mucha gente. Habrán podido ver los
que siguieron el escándalo de las notas que han salido, desde los medios
oficiales, retándolo a Silvio por utilizar un panfleto político, porque al
final aparece una serie de carteles con consignas de luchas argentinas y
globales, desde “Libertad a Milagro Sala”, a consignas que tienen que ver con
el Comité Invisible y los derechos humanos. Hay una locura en Silvio, además,
de concebir al peronismo como un flujo deseante caótico, como una sopa o una
fluidificación del cerebro.
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